«El final de la era Claremont: el principio de Image cómics» por Pedro Angosto
«El final de la era Claremont: el principio de Image cómics» por Pedro Angosto
Supongo que la marcha de las grandes figuras hacia DC acabó dejando un hueco en Marvel, un hueco que, unido a los naturales cambios editoriales, acabaría engendrando toda una nueva generación de autores, una que de la noche a la mañana se convirtió en superestrellas, aunque en retrospectiva no había razones para ello.
El modelo de empresa cambió inexorablemente y el marketing y el “hype” y las portadas cuádruples, brillantes, reflectantes, 3D y toda suerte de trucos sustituyeron sin prisa pero sin pausa al buen hacer de los guionistas y dibujantes sólidos.
De esta generación es “primun inter pares” Jim Lee, el más talentoso de todos ellos y a la larga, el que ha sabido jugar mejor sus cartas. Lo conocimos durante su llegada al título Alpha Flight, que con sus diseños pronto cobró nuevos bríos, recuperándose de la marcha de Byrne.
De ahí pasó a Punisher, uno de esos héroes ultraviolentos que se pusieron totalmente de moda. Superhéroes con superpistolones: el dibujo de Jim Lee ayudó en buena parte a popularizarlo.
De ahí saltó a X-Men, donde la serie, en parte perdida por las interminables y complejas -y olvidadas- tramas de Chris Claremont alcanzaría sus más altas cotas de popularidad. Estos eran los ’90, y los X-Men seguían rigiendo la industria.
Antes que él, Marc Silvestri ya había realizado una notable etapa en X-Men, siendo el primer dibujante notable tras una etapa de continuos cambios artísticos. Ahora, Silvestri se ocupaba de la serie de Wolverine, el otro malote sanguinario de la casa, con unos más que acertados guiones de Larry Hama.
Whilce Portaccio siguió los pasos de Jim Lee con el Punisher y luego lo sustituiría en los mismos X-Men.
En Spider-Man, la llegada de Todd McFarlane causó una revolución similar.
Retorcía al personaje como si no tuviera huesos, le dibujaba diferente telaraña y la espectacularidad brillaba en sus splash pages. Ahora, de anatomía y narrativa, no vamos a hablar.
Pero supongo que siempre hay nuevos lectores a los que “engañar” con artificios semejantes y nosotros lo fuimos entonces.
El éxito de su Spider-Man junto a Michelinie, con quien co-crearía el personajes de VENOM, le merecería su propia serie, una llena de monstruos, de dientes, de sangre… de todo menos de buenos guiones, que el mismo se apañaba en hacer. Poco a poco se imponía el modelo de que los dibujantes podían -con una ayudita del editor- guionizarse ellos mismos.
Jim Valentino sería otro guionista-dibujante, se ocupaba de los ahora famosos Guardianes de la Galaxia, aunque del grupo original, natural de un futuro alternativo.
Pero de todos ellos nadie más infaustamente famoso que Rob Liefeld. Fan “fatal” de los superhéroes, fue contratado por el nuevo editor mutante, Bob Harras, para relanzar los New Mutants, que habían ido perdiendo el favor del publico.
Introdujo el personaje de Cable, un misterioso cyborg que además venía del futuro y representaba una nueva aproximación a la aventura mucho más bélica: para pistolones, los de Cable. Era como tener al Punisher metido en los X-Men.
Nuevos uniformes y nuevos miembros fueron lo suficientemente coloristas para que no nos diésemos ninguna cuenta de que ROB LIEFELD NO SABÍA DIBUJAR. Nicieza, su dialoguista, se las veía y se las deseaba para dar sentido a las páginas que producía, donde la narrativa brillaba por su ausencia.
Como McFarlane, como Jim Lee con sus X-Men, Liefeld ganó un nuevo nº 1 de una nueva serie: X-Force, lo mismo de antes, pero MÁS.
Al mismo tiempo, Chris Claremont acababa expulsado de la franquicia mutante, perdiendo toda su influencia frente al nuevo editor y sus jóvenes “acólitos”. A Liefeld, el presidente de Marvel hasta le consiguió un anuncio de pantalones Levis. Era joven, rico -pues las nuevas series vendieron millones, guapo (para los americanos)…. Todo iba como la seda para una Marvel que arrasaba.
Los guiones no, pero nadie parecía protestar. Y entonces, estos siete autores, en la cresta de su fama, decidieron dejar Marvel a la vez y montar su propia editorial: IMAGE COMICS. El mayor cambio en la industria americana desde la fundación de Marvel 30 años antes…
- ¿Quieres leer el artículo de Pedro en el que nos habla de Alan Moore?
- Y aquí puedes leer su artículo titulado La nueva DC Post-crisis: donde vivían las leyendas
- Y también estuvo en Academia C10, ¿quieres verlo?