«Auge y caida de Bill Jemas» por Pedro Angosto
«Auge y caida de Bill Jemas» por Pedro Angosto
Quesada es editor nuevo y no especialmente versado en según qué personajes Marvel, así que su etapa inicial está definida por la mera experimentación.
No era especialista en el pasado de los personajes pero tampoco lo eran los editores que contrató y ni siquiera los guionistas estrellas que trajo.
Por lo cual, la editorial en su conjunto se desnaturalizó, salvo el “bastión” de los héroes Marvel preservado por el enciclopédico Tom Brevoort.
El proceso de conversión de Marvel en el gigante multimedia que es hoy se inicia aquí, cuando las primeras películas de los X-Men (con sus trajes de cuero) y el Spider-Man de Raimi se hacen populares.
La dirección creativa de Marvel se vió “intervenida” por Bill Jemas, que impuso unas férreas directrices editoriales.
En buena parte apoyadas por Quesada, que parece harto de que los cómics Marvel sean sólo comprensibles por fans que los hayan seguido durante décadas.
Así, el legado de Harras, los X-Men de la Era de Apocalipsis o los Avengers de The Crossing, eran incomprensibles, sean por viejos o nuevos fans.
La continuidad se convierte en el “Enemigo Público nº 1”.
Las nuevas etapas del Spider-Man de JMS o los X-Men de Morrison no tenían relación alguna con nada anterior.
Los cambios de Jemas no acaban ahí.
Para que los cómics sean fácilmente adaptables a la TV o el cine, la acción se vuelve terriblemente pegada a la realidad.
Los elementos fantásticos son eliminados o presentados por cuentagotas.
En series como Avengers, crisol del Universo Marvel, el grupo se reduce, los personajes no usan sus poderes, las amenazas pasan de ser cósmicas a locales, etc, etc, etc…
Esto, unido a la nueva “narrativa descomprimida” que introducen autores como Bendis, hace que las aventuras se vuelvan lentas, aburridas, vacías de contenido.
Se resume muy bien en esa afirmación que decía que los héroes iban al baño en un número y no salían hasta el siguiente.
Se escribe para el tomo recopilatorio de 6 números, formato popularizado por Quesada para introducirse en librerías generalistas y por lo tanto, los números sueltos pierden todo el sentido y contenido.
Los supervillanos desaparecen de los cómics y si lo hacen, es vestidos de paisano con gabardinas y demás y las tramas se centran en problemas realistas, mundanos y totalmente aburridos.
Thunderbolts, la mítica serie de supervillanos, se convierte en la historia de un luchador de wrestling.
Jemas llega hasta a cuestionar la modélica nueva etapa de Mark Waid y Mike Wieringo en Fantastic Four, intentando sustituirla por un drama suburbano en donde los 4F se comportarán como cualquier familia de “soap opera” televisiva.
En lugar de sustituir la serie, se crea una nueva cabecera con este enfoque, pero el acoso continúa y se llega a hacer público el despido de Waid.
Final de Jemas.
Los propietarios de Marvel deciden apoyar a Waid y despedir al polémico editor, que había tenido también enfrentamientos con Peter David sobre la complejidad de sus series.
A partir de entonces se inicia una nueva etapa, donde los personajes Marvel vuelven poco a poco a su ser.
Donde la historia y la realidad compartida de su universo va cobrando más y más importancia y donde, por lo general, Quesada permite que sea el enfoque de Brevoort el que se extienda por toda la línea, aunque sea filtrado por Brian Bendis y su peculiar manera de guionizar.
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