¿Cuentos para niños sordos? Si, es posible.
¿Cuentos para niños sordos? Si, es posible.
Este es uno de los Cuentos para niños sordos escritos por una madre que ha luchado lo indecible para que su hijo, Víctor, sordo de nacimiento pueda oír.
Y lo ha conseguido.
Gracias a dos operaciones de implante coclear, Víctor es un niño casi normal y que podrá desenvolverse en la sociedad con tanta facilidad como y tu o como yo.
Pero no ha sido para nada una labor fácil.
Víctor tiene que asistir a clases especiales y sesiones de foniatría que le ayuden a entender los sonidos que escucha.
Hoy, tras cinco años, Víctor se socializa normalmente.
Pero hay muchos niños mas como Víctor que están viviendo este proceso actualmente y no solo ellos, sus padres y entorno tienen que aprender a convivir y superar esta deficiencia.
Para hacer entender mejor a sus familiares pero sobre todo a esos niños el escenario en que están inmersos y todas los episodios a que se van a tener que enfrentar y superar, la autora: Ines Díez a escrito el siguiente cuento.
Si quieres colaborar con algún dibujo, apunte, fotografía etc que pueda ayudar a ilustrarlo, estaremos encantados de recibir vuestra ayuda.
¡Ahí va el cuento!
NICO EN BUSCA DEL SONIDO. Por Inés Díez.
En las lejanías del bosque Aquilea había una gran familia de ardillas. Nico, la más pequeña, acababa de nacer. Era preciosa, inquieta y muy despierta. Nico había nacido sin orejas. Eso le daba la apariencia de ser aún más pequeña.
Aprendía viendo cómo los demás hacían las cosas. Era muy lista y observadora.
Había cumplido tres años. Ya todas las ardillas jugaban a grandes juegos, juegos de mayores y saltaban de rama en rama con gran agilidad.
¡A coger las hojas rojas! Gana el que más tenga. ¡A correr al prado! ¿Quién será el primero? ¡Premio a la que suba el abeto más alto!! Estos eran alguno de sus interminables juegos.
Nico al no escuchar estas palabras no lograba seguir los juegos de sus compañeras. Jugaba cada vez menos con sus hermanas.
Aro y Tico, sus mejores amigos le llevaban siempre las mejores almendras, los piñones más duros y las nueces más difíciles de partir. De esta forma Nico nunca se aburría mientras ellas jugaban.
Nora, su mamá, veía cómo Nico pocas veces saltaba y corría con las demás. Se sentía triste y preocupada.
Una noche decidió hablar con Don Búho, conocido en Aquiléa por su gran sabiduría. _ Viajad a la ciudad, dijo con su ronca voz.- En el Zoológico encontrareis al veterinario- ¡El os ayudará!
Así lo hicieron. Y tardaron, pero no se les hizo largo el camino. En la ciudad comían cosas extrañas: migas de pan, trozos de bollo y algunas de las “chuches” que se les caen a los niños. Nico estaba encantado, disfrutaba con todo.
Nora habló con el veterinario, gran amigo de los animales. Éste le fabricó unas bonitas orejas de suave cuero. Le operó y se las puso. Después abrió el agujerito del oído. Pero Nico no podía oír nada. Aquel agujerillo estaba vacío.
Nora contuvo sus lágrimas para no llorar.
Aun así, nuestro amigo estaba muy contento. Aquellas graciosas orejas le daban una apariencia muy especial. ¡Me gustan! Señalaba nico saltando
El veterinario del zoo aconsejó a Nora buscar la magia oculta en la montaña de Onís. -La encontrareis bajo los brillos luces. La dijo susurrando. Si alguien le oía, podría tomarle por loco.
Nora continuó el viaje algo temerosa. No sabía qué eran esos brilloluces ni dónde podría encontrarlos. El veterinario oyó de su magia, pero nunca los vio.
¡Menos mal! Ya estamos en el bosque. -Aquí lo pasaremos mejor.-Pensó Nora . Nico fue directo a saltar en los charcos. Nora sonreía.
Después de saltar trescientos árboles, cosa que para las ardillas está chupado, al pasar por un puente de madera encontraron un brillo extraño. Se acercaron despacio. (Se trataba) Habían encontrado del primer brillo luz: azulado, verdoso. Allí, bajo el puente, vivía el hechicero.
Nora le contó su historia, y sin decir nada, Coum se encerró en su cabaña.
………………………………………………
Tardó dos largos días en salir.
-Aquí tienes Nora.- dijo contento- Guarda bien éste objeto que te doy. Es un procesador de voz.
-Atrapa todas las ondas del sonido y las convierte en palabras, música, silbidos y susurros. Que jamás se moje. Que jamás se humedezca. Protégele de la lluvia, neblina y el rocío de la mañana.
-Ve a buscar más ayuda, dijo tiernamente. Esto es lo mejor que puedo ofrecerte, pero no funciona `por sí solo.
Así muy contentos y con esperanzas, continuaron su camino.
Nora después de un largo rato se dio cuenta de que alguien les vigilaba. ¡Sal de ahí! ¡Quién eres!-grito asustada.
Tras un arbusto apareció Lati, una conejita algo curiosa que decía saberlo todo. Nora la preguntó y Lati la supo indicar.
Se comentaba en el bosque que tras el gran sauce del camino viejo aparecían luces extrañas. _Nadie se atreve a caminar por allí, ten mucho cuidado.
Así fue cómo Nora encontró al brujo Arazú. Le contó su historia. Arazú sonrió y con el pensamiento hizo entender a Nico- ¡Tengo lo que necesitas! -Cuida bien lo que coloco en el procesador. Es un cable frágil, de bigote de lince, muy difícil de encontrar.
Este cablecito es capaz de transportar todo sonido. Que no se doble, no lo chupes, que no cuelgue y sobre todo, no lo estires. Es finito y delicado, se partiría. Sin él, no podrá escuchar.
Nora, aún más contenta todavía, continuó su viaje y tras cruzar seis pueblos, encontró el tercer brilloluz. Precioso, amarillo pardo.
Allí, oculto en la cascada del río, encontró al Mago Áston. Tras escuchar su historia, les acomodó en la cueva y partió de viaje.
Cuando regresó le dijo seriamente a Nora:_ Esto que traigo y coloco en el cable, es una bovina.- En su interior hay algo especial que lanzará el sonido al interior de su cabecita.-Explicó -Busca al científico de la ciudad y terminará tu viaje.
Al igual que Arazú,el mago Astón mirando a Nico le hizo entender lo que sucedía. Al no poder oír. Le lanzaba sus pensamientos.
El científico se encontraba en el desván trabajando entre sus máquinas y papeles.
Tras preguntar a mucha gente por las calles de la ciudad, encontró un mendigo. Medio dormido, la dijo que buscara la chimenea de los mil colores. Nora no sabía que quería decir con eso,¿estaría soñando?
Continuó largo rato y ya muy cansada, se puso a colocar su mantita para dormir.
_¡Mira Nico! – Nora le hizo señas con sus manos. ¡Allí sale humo de colores!
Sin darse cuenta del dolor de sus patitas corrieron hacia la casa.
Una vez comentado su problema Norman el científico, les regaló un procesador interno. El lo inventó. Fue uno más de sus experimentos. Nunca imaginó que sería tan importante para alguien.
_ Es un aparatito muy delicado, guárdalo bien. -El veterinario del Zoo se lo colocará.
Así fue. Operaron a Nico. Le colocaron el procesador interno bajo la piel de la cabecita, pasando por un agujerito al oído que por fin dejó de estar vacío.
El veterinario aconsejó:_ Sed prudentes. Muy, muy prudentes. No puede golpearse la cabecita. Podría romperse y parar el sonido. Tendría muy mal solución.
Nico llegó a casa. Era la ardillita más feliz del bosque. Tenía un aparato especial para oír, le llamaron implante (coclear).
Podía oír. A él llegaban infinidad de sonidos que aún no entendía pero le entusiasmaban.
Tras ir a la escuela con la urraca Paca enseguida aprendió a escuchar, después a hablar. Nico era una ardilla muy estudiosa. Aprendía rápido.
Todas las noches “después del cuentito” su papá le quitaba el procesador. Nico todavía era algo pequeño. Cuando lo intentaba solito, rompía las gomas que lo sujetaban y tiraba sin querer el delicado cable. Eso sí, después con su suave colita lo cepillaba. Lo dejaba bien limpio.
Por último lo guardaba en un baúl protector que le regaló su papá. De esta manera estará siempre seco _ le repetía¡Y fuera del alcance de los ratoncitos! ¡Todo lo muerden!_ dijo Nico a carcajadas…
¡Os lo aseguro chicos! No había caras más felices en el pinar que las de Nico y su familia. Por fin llegó aquel día tan deseado por todos. Era Nico quien gritaba. ¡A coger las hojas rojas! Gana el que más tenga. ¡A correr al prado! ¿Quién será el primero? ¡Premio a la que suba al abeto más alto! Nico jugaba a los grandes juegos. Nunca más se sentiría solo.
((( Nora desde su árbol se pasaba horas mirando como Nico jugaba. Su voz le parecía un canto de ángel. )))
_ ¡Buen trabajo, Nora!
_ ¡Enhorabuena Nico!
( Estas eran las palabras que a menudo se oían en el bosque. Palabras que hacían saltar lágrimas de felicidad a Nora. )
Está claro que mi hijo Víctor Pérez se implantó el primer oído con 1 añito y el segundo con 3 años. Ha sido muy intensivo el tratamiento de logopedia para la estimulación auditiva. Mi hijo tiene ya un buen grado de madurez. Por su edad (5ª) y sus avances es capaz de entender este cuento bien y sin cansarse.
Soy consciente de la suerte que tengo y de que otros muchos niños también llegarán. Mientras tanto éste cuento está pensado en una versión mucho más sencilla asociadas a cuantiosas cartas ilustradoras que ayudan a su comprensión con pocas palabras que se traducen con mucha mímica y signos.
Estoy en una época d indecisión y no sé por dónde “tirar”.Creo que lo he trabajado ya mucho, puedo caer en el error de extender un cuento que debe de ser corto.
Claramente está dirigido a niños como Víctor con implante coclear (entre 4 y7 años aprox.). A sus padres, familia y amigos.
Lo escribí para que Víctor fuera consciente:
– “de lo que lleva encima” y la suerte que tiene.
– Explicarle qué es, cómo funciona cada parte de ésta especial tecnología.
– Cómo cuidar y mimar sus oiditos tecnológicos. Víctor en esto es un pequeño desastre. Es un niño demasiado activo. “No se le resiste ningún cable.” Los rompe con frecuencia. ¿Será ahora un poquito más consciente? ¡Uf! Todavía es un “peque”.
– Es divertido inventar y soñar. Además de útil.
Genial idea, ánimo y adelante con ello!!
Ese Nico!!!! Lucha campeón, llevas un estandartemuy importante!
Me parece un cuento precioso y una iniciativa genial. Un beso para Inés y su pequeño Víctor y enhorabuena!!!!
Cómo se puede colaborar con dibujos?- Mi hija de 13 años dibuja muy bién y le encantaría pero no se cómo enviaros los dibujos.